A veces, siento que dibujar en vivo es un oficio muy adrenalínico.
Cuando estoy en eventos con live streaming (o transmichon en vivo y directeichon), conectada al proyector, todos mis miedos se hacen presentes.
- ¿Podré captar todos los conceptos?
- ¿Quedará bien el dibujo?
- ¿Podré hacerlo sin equivocarme?
El corazón me palpita a chorromil veces por segundo y las manos me tiritan antes de comenzar a dibujar.
Luego de años dibujando en vivo, aún tengo los mismos «síntomas» cada vez que me contratan.
Y usted se preguntará, querido lector, por qué me someto a esta aparente tortura una y otra vez, si pareciera, más que algo feliz, ser algo sacado de un libro llamado LAS 50 SOMBRAS DEL DIBUJO (…y más sospechoso aún, por qué hago este post para recomendarlo…).
Le he dado una y mil vueltas a este tema, y estoy casi convencida que lo hago para probarme a mí misma que NO DEJARÉ QUE LOS MIEDOS ME SUPEREN.
Como te he comentado en otros posts, querido amiguito, estoy convencida de que el dibujo es un verdadero CAMINO DE AUTO SUPERACIÓN.
En cada trabajo, me he enfrentado a mis angustias existenciales y he avanzado en:
- el MANEJO DE MIS EMOCIONES
- mi HABILIDAD para dibujar y capturar los conceptos e ideas de forma más efectiva
- mi capacidad de CONECTARME, gracias a ello, con las personas.
Durante los años he desarrollado algunos métodos para ayudarme, que me han permitido trabajar en situaciones complejas (ya sea en términos de información o contra el tiempo) o de mucho pánico escénico.
Estos “súper pagüers” dibujísticos son la plantilla, el torpeto y los tres ensayos.
Recursos que pueden ser utilizados tanto si se va a dibujar sobre papel o de modo digital.
One Comment
Juan Romero
en México al torpedo lo llamamos acordeón