Quién los inventó, cómo se hacen y cuáles son sus reglas
Siempre he amado el estudio. Soy una fan, por más nerd que eso suene. Me emociona aprender, leer, investigar, entender. Mi frustración más grande es que mientras más aprendo más siento que no sé absolutamente nada. Creo que esta frustración es un motor que llena de energía mi impulso por aprender.
Pero el problema es el siguiente. A pesar de que amo el estudio, tuve siempre muy buenas notas, y constantemente pasé todos los ramos, siendo muy honesta, no recuerdo prácticamente nada. Siento que todo aquello que estudié con tanto ahínco se esfumó y no pude retenerlo.
Para ilustrar el proceso y cómo los mapas mentales cambiaron la forma en que aprendo, me gustaría referirme a la forma en que estudié durante la mayor parte de mi vida.
Mi sistema consistía principalmente en leer y extraer frases de la información, que luego escribía en un papel separado. Este resumen usualmente tenía entre 10 a 20 páginas (¡lo sé! ¡terrible!), que luego resumía en otro resumen, de 4 a 5 páginas. En un último y desesperado intento por comprimir la información, el resumen número tres tenía entre 1 a 2 páginas. El resultado era el clásico apunte, hecho solo con texto, en estructura descendente (básicamente un punteo de ideas), que memorizaba visualizandolo como una imagen en mi mente. Mis esfuerzos siempre puestos en “achicar” la información del resumen, que me permitía memorizar para el examen, pero que luego se esfumaba de mi mente.
Probablemente, en alguna medida puedes identificarte con este sufrimiento aprendizajístico.
Esto no fue un problema hasta que llegué a la universidad. Comenzó a parecerme extraño cómo la cantidad de horas invertidas en el estudio no rendían frutos a la hora de mantener una conversación coherente sobre el tema estudiado con otros miembros de la especie humana, sobre todo al presentar o cuando el profesor pedía un resumen de la clase anterior. Sencillamente, no podía recordar nada. En cierta ocasión, escuché a un profesor referirse a un estudio en el que se señalaba que, 5 años después de haber salido del colegio o la universidad, las personas recordaban un bajísimo porcentaje de lo estudiado (lamentablemente no recuerdo de qué prestigiosa institución era el estudio). Aceptar esto como una realidad en mi vida me produjo una gigantesca incomodidad, y decidí buscar una solución.
Y lo recuerdo como si fuera ayer. Un libro que misteriosamente llegó a mis manos, heredado de mi madre durante una mudanza, titulado Mind Mapping for Dummies. Y luego de eso, todo es historia, comencé a utilizarlos diariamente, para recordar, comprender, aprehender, y conversar (fluidamente, debo agregar). Mantener una conversación era tan fácil como visualizar en mi mente el mapa mental (debido a los dibujos, podía recordarlo todo).
Y visualizar toda la información en una sola hoja me pareció un hallazgo extraordinario para poder ver cómo funcionaba como un todo, y no por pequeños pedazos que no lograban unirse en mi mente.
Por ejemplo, para los estudiantes de una clase, cuando se muestra un tema dividido en varios cursos, la visión de los mismos termina siendo sesgada, si es que no se les muestra como parte de un todo que está siendo analizado. Y del que puedan entender la relación de las partes con el todo.
Pese a que mi versión de los mapas mentales no es lo que su creador, Tony Buzan, considera formalmente como tal (y ya discutiremos por qué), el impacto que tuvo descubrir esta herramienta y utilizarla en las distintas esferas de mi vida ha sido inconmensurable (por usar una palabra que me haga parecer más intelectualsh). No solo como la forma número 1 en la que tomo apuntes, sino que también para preparar presentaciones y para diseñar absolutamente todos mis trabajos para las empresas que me contratan (desde dibujo en vivo hasta videos con monos). Entendí que hacer mapas mentales puede transformar también la forma en la que nos comunicamos, ya sea si los usamos como fin último, o como medio para un fin.
Como su autor refiere, los mapas mentales fueron creados entre las décadas del ´50 y ´60 en Inglaterra, y a pesar de que su creación ha sido también atribuida a diversos personajes históricos, desde la Antigua Grecia hasta nuestros tiempos, Tony Buzan, su creador, ha patentado esta idea ya en diversos países.
Popularizados gracias a su libro Use your head, y a una serie de la BBC de los ´70s, los mapas mentales han cambiado la forma en que las personas aprenden a nivel mundial, recorriendo el globo en la forma de diversas publicaciones (en más de 30 idiomas). Otras iniciativas a destacar son la creación del software IMind Map y el World Memory Championships, en donde Buzan ha sumado sus esfuerzos a otros profesionales para potenciar el impacto de los mapas mentales.
Un mapa mental involucra lo que su autor denomina como whole brain thinking o pensamiento integral, esto es, el hemisferio izquierdo “responsable” del pensamiento lógico y el hemisferio derecho del cerebro, “responsable” del pensamiento creativo, trabajando en conjunto y siendo activados en igual porcentaje.
Esta herramienta de pensamiento toma la forma orgánica de una célula neuronal, y su forma consiste principalmente en un núcleo o centro, y ramificaciones y subramificaciones que, a partir del mismo, se expanden al espacio de forma interconectada.
Sus elementos son las palabras, las imágenes, el color (utilizado como código para estimular la memoria), el flujo orgánico no lineal y el pensamiento radiante (hacer asociaciones a partir de asociaciones). Son personales (probablemente otras personas no puedan entenderlos), se basan en la premisa de un sistema espacial, y no lineal, y de asociatividad.
Para crear un mapa mental se necesita:
- Una imagen central
- Ramas gruesas radiadas desde la imagen central (que se hacen más delgadas hacia los límites de la hoja)
- Una imagen clave o palabra clave por rama
Asimismo, existe un set de objetivos o Basic Ordering Ideas (BOI) ( ideas básicas para el ordenamiento), consistente en 5 preguntas, que tienen el objetivo de facilitar el desarrollo de un mapa mental si se está recién partiendo.
¿Qué información o conocimiento se necesita?
¿Cuáles son las siete categorías más importantes de este tema?
¿Si este fuera un libro, cuáles serían los títulos de cada capítulo, lecciones o temas?
¿Qué preguntas necesitas hacer? (qué, dónde, cómo, quién…)
¿Cómo se puede dividir cada tema en subcategorías?
Para adquirir práctica y maestría, Tony Buzan recomienda utilizar diariamente una libreta o sketchbook (con papel blanco), ser perseverante, utilizar imágenes simples pero poderosas, aceptar y aprender a amar el desorden (creativo).
Las aplicaciones de los mapas mentales son variadas, y su creador las ubica en tres categorías: home, work and education (hogar, trabajo y educación). Algunos ejemplos son:
Hogar: bienestar, búsqueda interior, alcanzar metas personales, planificación (de todo tipo de actividades), etc.
Trabajo: Desarrollo y planificación de proyectos, administración del tiempo, investigaciones, reportes anuales, claridad profesional (orientación vocacional), etc.
Educación: Revisiones de materia, planificación de ensayos, aprendizaje y memorización, preparación de ponencias o exámenes, tomar apuntes de charlas, clases y presentaciones, notas de estudio, etc.
Si bien la extensión y la aplicación que tienen los mapas mentales abarca muchas áreas y formas, algunas de las representaciones que hoy llamamos mapas mentales no lo son realmente. El formato al que llamamos mapa mental corresponde única y exclusivamente al anteriormente descrito, con forma de célula neuronal, y que utiliza imágenes, palabras e imágenes clave, y colores.
Algunas otras herramientas de pensamiento como los mapas conceptuales (que utilizan más que una palabra clave y no se leen desde el centro), o los diagramas de araña (en donde las ideas se desprenden del centro, no hay color o imágenes y las líneas son rígidas), no pueden, según Buzan, considerarse como parte de su invención (lo señala tácitamente en un capítulo completo de su libro).
Es por esto, que, como mencionaba al inicio de este post, a pesar de que me gusta referirme mis mapas mentales como tal, esta concepción no es del todo correcta.
Pero tampoco son diagramas de araña ni mapas conceptuales. Es decir, no son el primero, ya que tienen dibujos, no poseen líneas rígidas y tienen un acento de color. Y no son el segundo, ya que no operan en ramificaciones (aparentes), ni tienen altos códigos cromáticos.
Son, básicamente, un híbrido.
Cuando comencé a hacer mapas mentales como apuntes de clases, charlas y presentaciones, me di cuenta de que el formato descrito anteriormente no se acomodaba a la velocidad y complejidad con que la información era presentada. Y por eso quisiera compartir aquí algunas nociones que me llevaron a adaptar este sistema híbrido, y por qué prefiero transmitir mi experiencia en relación a esta y no otra forma de mapas mentales (bajo el riesgo de ser quemada en la hoguera de los mapas mentales).
-Al inicio de una presentación, no siempre conocemos el título, o el tema a cabalidad como para hacer la representación del mismo con efectividad, y usualmente no hay tiempo para colorear o diseñar tipografías o títulos en 3D.
-Las ramas se presentan, muchas veces, como desconocidas, tanto en temática como en número, por lo que, diseñar un mapa mental a priori es muchas veces imposible (excepto cuando se trata de un material que se tiene a mano, como en el caso de un libro), y el tiempo invertido en colorear muchas veces se traduce en perder información valiosa (a menos de que el color se emplee después, una vez finalizado el mapa).
-La velocidad de los contenidos y la cantidad de tiempo disponible para el estudio hacen del formato de los mapas mentales una herramienta más demorosa que la de los diagramas de araña, por lo tanto un punto intermedio, que tenga la virtud de lo uno y lo otro, puede activar también ambos hemisferios del cerebro pero a mayor velocidad. El código cromático, por ejemplo, puede ser reemplazado por los grosores y tipos de línea, que constituyen en sí mismos un código, sin la necesidad de cambiar de lápiz numerosas veces al colorear.
-En muchas ocasiones solo anotar una palabra clave es complejo, e implica que partes de la información que también significan y aportan, se pierden. Cuando se puede, por supuesto, es mejor hacerlo, pero a veces necesitamos una frase compuesta (no soy partidaria de las oraciones) para clarificar un tema a posteriori, o se hacen preguntas y citan autores que es importante recordar, que es vital añadir al mapa.
-Personalmente, creo que los dibujos o el texto nunca deben ir solos, ya que es cuando operan en conjunto que logran la mayor efectividad, y más aún, cuando son metáforas visuales.
He utilizado este formato híbrido de mapas mentales para mapear presentaciones, cursos, libros, papers, powerpoints, tesis, videos, podcasts, ideas, proyectos, reuniones, etc., y se adapta muy bien a todos los requerimientos.
Recuerde, lo llamaré mapas mentales, sobre el entendido de que su creador probablemente lo considere errado, pero lo haré para no referirme al término “mapas mentales híbridos” (que suena un tanto complejo), y facilitar su vida.
No obstante, si usted, estimado lector, prefiere desarrollar el método propuesto por Buzan, o si quiere adaptar y transformar el mío, bienvenido sea. Busque lo que a usted le haga más sentido para aprender, retener y comprender el mundo que lo rodea.
Mientras tanto, me encantaría saber qué lo trae por este mundo de los mapas mentales, y de qué forma cree que esta herramienta del pensamiento visual puede aportar a su vida. Deje su comentario en la cajita comentadora aquí mismito.
Sigamos la converseichon ahí.
No olvide compartir esto con sus amiguis si fue útil para usted.
3 Comments
fray basilio
Querida Fran, he estado leyendo y viendo tus videos, especialmente los que se refieren a los «mapas mentales» que uso desde hace tiempo en mi responsabilidad de formador. Me ha parecido muy iluminador todo cuanto enseñas sobre las metáforas visuales, lo cual me ha ayudado a comprender mejor la gran versatilidad de los mapas mentales si en su diseño, en lugar de utilizar figuras o dibujos «»simplemente atinentes», se utilicen tus metáforas visuales. Te agradezco por todo tu trabajo que considero fundamental también para mi labor de educador. He intentado profundizar en la forma como realizas los mapas mentales, pero no me ha sido posible entrar en el «workbook» que ofreces… tal ves es necesario estar inscrito en tu universidad y, por lo tanto, tiene un precio? Te lo pregunto porque yo no tengo el dinero para poder hacerlo (soyo un fraile y nuestra comunidad no usa dinero). Te agradezco si me puedes aclarar este punto…
fray basilio
Ricardo
Hola, me gustó el artículo pero no puedo descargar el workbook
Fran Salomon
Jelou Ricardo! El Güorkbuc ya no se encuentra a la venta por separado. Ahora es un material de trabajo dentro de mis cursos!