Sabiduría Miyagi para bloquear tiempo de dibujo

¿No tienes tiempo para dibujar? Aquí te cuento cómo organizarte con ideas para hacer del dibujo un hábito recurrente.

Si la frase “no tengo tiempo para hacer lo que más me gusta” te suena remotamente conocida, este post es para ti.

Últimamente he estado intentando hacer del ejercicio algo regular en mi semana. Debo decir, antes que todo, que no soy de esas personas que ama el deporte.  Amo caminar con mi secretaria mientras tomo un café y escucho un buen podcast, pero ejercitarme no es algo que se me haga fácil.

Y créeme, querido lector, lo he intentado con sobornos, metas, propósitos, culpabilidad y razones místicas fenomenales. Por las razones indicadas (estar saludable física y mentalmente) y las equivocadas (lo que creo que las personas dirán de mí si engordo)…, he hecho todos los debates mentales.

Pero sabes, hace algunas semanas, decidí dejar de proyectar los diferentes escenarios en mi cabeza, y  salí a trotar. Ya llevo un par de días haciéndolo. Los primeros días, mi cuerpo estaba tieso y adolorido, pero ahora mis músculos ya se están acostumbrando. Y a pesar de que algunos días estoy muy cansada y preferiría obsesionarme con una serie de netflix, salgo igual.

Pero el otro día tuve una epifanía mientras trotaba. Detrás mío, venía una mujer a ritmo caracol, de la cual cada vez tomaba más distancia. Varios metros adelante, y en sentido contrario a mí, pasaron dos trotadores o trotistas (elija usted el término que más le gusta) a una velocidad flash.

Cuando me pasaron (fue tan rápido, ocurrió en cosa de segundos…jajaj), mi reacción instantánea fue la de apurar el paso. Sentí que iba muy lento, que tenía que demostrar (al mundo??) que era más de lo que en ese minuto mi cuerpo estaba pudiendo. Así que aceleré, y a pesar de que apenas lo resistía, puse cara de poker y pecho erguido al pasar a la siguiente pareja que trotaba rápido.

Como era de esperar, dos cuadras más adelante (y puros semáforos en verde para peatones), mi estómago se me salía del cuerpo y estaba hecha pedazos. Así que paré, pretendiendo que “cambiaba la música” en mi teléfono. Y como también era de esperar, la chica que venía a ritmo caracol me pasó, y a pesar de que retomé el trote cuando la vi, no pude alcanzarla más.

En ese momento, me di cuenta de dos cosas. Uno, la idiotez que había hecho por pretender ser algo que no soy (y tratar de aparentar por el que dirán), y dos, la constancia y consistencia es clave para conseguir un objetivo.

Porque esa querida amiguita que trotaba lento, y que no se preocupaba de lo que los demás hacían, ella, de seguro llegará lejos.

Y le cuento esta historia del modo más honesto posible, porque creo que aprendí tres moralejas esenciales.

  1. Dejar de pensar tanto las cosas. Implementar e ir iterando en el camino.
  2. A no dejarme influenciar por lo que creo que los demás pensarán de mí.
  3. Vale más lento pero seguro, un paso a la vez, que a toda carrera de forma intermitente.

Todas estas cosas son directamente aplicables en el dibujo.

PENSAR MENOS, HACER MÁS

La razón por la cual muchas personas no se embarcan en esta aventura dibujística es que desarrollar la habilidad del dibujo toma tiempo. En la vida tan ocupada que llevamos, es más fácil AUTO ENGAÑARNOS diciéndonos, en nuestra mente, que no tenemos tiempo.

Y probablemente, tu mayor dificultad para dibujar será la de encontrar tiempo para ejercitar el músculo mental del pensamiento visual. La experta en manejo de tiempo Laura Vanderkam, dice que la frase“no tengo tiempo para algo”, significa que eso que no estás haciendo no es una prioridad. ¿Cómo hacemos que sí lo sea? Primero, creyendo, en lo más profundo de nuestro corazón dibujístico que SI lo es, y segundo, planificándolo.   

La forma más eficiente de fracasar o no comenzar algo es no planificarse para tener éxito en aquello que nos estamos proponiendo. Como en el caso del deporte, mientras más lo pensaba, menos acción tomaba y más atormentada estaba. Por eso, es bueno tratar esto como un proyecto. Específicamente, como el proyecto de explicar exitosamente nuestras ideas con monos. Destinar al dibujo un tiempo específico cada día, y comprometernos a cumplirlo.

NO TE PREOCUPES DE LOS DEMÁS

Como lo denomina Brené Brown, en su libro Daring Greatly, la escasez, o el problema de nunca ser suficientes, tiene que ver con una constante comparación con nuestra propia ficción de lo que significa la perfección (el pasto siempre es más verde en la casa del frente o del lado). Esto trae como consecuencia vergüenza o incomodidad con la situación propia  y una excesiva comparación que termina destruyendo nuestro espíritu, junto con el temor a tomar riesgos o exponerse emocionalmente frente a los otros.

Quiero comentarte que hacer el cambio de paradigma de ser insuficiente a ser suficiente, no será fácil.  Pero solo cuando eres suficientemente corajudo para compartir lo que eres y lo que haces, desde un prisma de vulnerabilidad y entrega, es cuando realmente comienzas a ver que las piezas del puzzle calzan en formas insospechadas. Solo cuando saltas intrépidamente a lo incierto, es cuando las conexiones y oportunidades aparecen. Y esto no quiere decir que no sea una experiencia libre de incomodidad. Todo lo contrario, sabrás que estás creciendo y madurando cuanto más incómoda sea la situación. Cuando empujamos los límites, salimos de la zona de confort, es cuando las cosas increíbles suceden.

De regreso a mis días de pintora realista, pintando sola 12 horas diarias en un taller a puerta cerrada, todos los días al terminar la jornada, caminaba de vuelta a la casa destruyéndome con comentarios hirientes sobre lo que había hecho durante el día, dramatizando sobre cómo aún no llegaba ningún galerista a tocar mi puerta, o recibía más comisiones, y por qué mi vida era tan difícil. Viví por muchos años como la eterna víctima, a la que las cosas “le sucedían”, sin ningún poder para moldear mi propio destino. Me preguntaba por qué a las otras personas todo lo bueno parecía sucederles, pero no a mí. Tenía cuadros y cuadros apilados en el taller, nunca expuestos ni mostrados, esperando por el próximo, ese que saliera “perfecto” y fuera digno de mostrar, para poder comenzar mi vida como “artista.”

Brené Brown tiene la frase perfecta para esto: “El perfeccionismo no es lo mismo que la búsqueda de la excelencia. El perfeccionismo no se trata de alcanzar logros a través de un crecimiento saludable. Es un mecanismo de defensa. Es la creencia de que si hacemos las cosas a la perfección y nos vemos perfectos, podemos minimizar o evitar el dolor de la culpa, el juicio y la vergüenza”. (Brené Brown. Daring Greatly)

Considero que este deseo de aprobación (muchas veces inconsciente), es un sistema de creencias totalmente autodestructivo que evita que podamos ofrecer nuestros talentos únicos al mundo, nos encierra en un círculo vicioso del que se requiere una fuerza enorme para salir. Estuve mucho tiempo esperando esa ‘perfección’. Y la sorpresa es, que ese momento de “estar al nivel” nunca llegó, porque nunca sentí que fuera suficiente, lo que me impidió generar un sustento como artista, y, eventualmente, me llevó a fracasar rotundamente.

Luego de tocar fondo, y entender que nadie más que yo era responsable de mi valía personal y de encontrar el camino a seguir, me di cuenta que, una vez que desligaba mi valor personal de mi trabajo, el fidbac de las personas me permitía mejorar, hacer más efectivo, más útil y amigable tanto mis dibujos como mi contenido, generando un mayor impacto, al validar e iterar mis creaciones. Esto no significa que las críticas hayan dejado de afectarme, sino que encontré la forma de entender y racionalizar, que, muchas veces, creemos que las personas nos dicen algo de cierta forma, pero lo que resuena de aquello negativo, realmente es eso que nosotros mismos no podemos aceptar sobre nosotros. Lo sé, porque en un par de ocasiones recibí críticas muy duras de personas que me rodeaban respecto de mi trabajo, que, aunque sé que no fue la forma correcta ni empática de decírmelo, removieron en mi mucha inspiración y fuerza para continuar y perseverar hacia mis metas.

Lo importante es saber que siempre habrá comentarios positivos y negativos sobre nuestras creaciones, lo único que tenemos el poder de cambiar es cómo recibimos esos comentarios, y cómo encontramos en ellos indicios para mejorar y evolucionar.

LA CLAVE DE TODO ES LA CONSISTENCIA Y LA CONSTANCIA

La constancia, o la “firmeza y perseverancia del ánimo en las resoluciones y en los propósitos” (RAE), es, nada más ni nada menos que show up and do the work, todos los días, trabajar y “poner la cara” (o la mejilla), con la firme creencia de que estamos avanzando hacia aquel resultado esperado. Sin importar si podemos “ver” los cambios o las mejoras, si solo creemos estar cometiendo errores (créanme, me pasa todo el tiempo), estar ahí. Las recompensas de mantenernos constantes, son muchas veces insospechadas y grandiosas, y valen completamente el esfuerzo.

ENTONCES, ¿CÓMO ORGANIZARTE PARA PODER DIBUJAR MÁS?

Ahora que ya hemos profundizado en las tres grandes revelaciones que tuve mientras hacía ejercicio (no suena tan místico como me gustaría, pero, just roll with it...) y sabemos que no deben ser un impedimento para desarrollar el hábito dibujístico, veamos cómo podemos organizarnos para dibujar más.

Aquí te presento los pasos que yo misma he seguido, porque aunque no lo creas, hay períodos en que tener una empresa de dibujo tiene más que ver con la administración que con dibujar. Contestar emails, hacer seguimiento a facturas, ir a reuniones, hacer ajustes a las páginas web, desarrollar contenidos escritos, grabar videos, grabar podcasts, coordinar eventos, deja a veces poco y nada de tiempo para los monos. Y muchas veces me siento “acartonada dibujísticamente hablando”. Los gringos dirían “rusty”. Para eso, me propuse hacerme el hábito de dibujar más, y me ha servido mucho, para sentirme más tranquila, para disfrutar el dibujo, y para mejorar mis habilidades.

1. LOS MATERIALES

Confesión: nunca he sido de tener un esketchbuc. Toda mi vida he sido de monos en hojas sueltas, desorganizadas y dando vueltas por todas partes. Cuando quiero salir a dibujar, nunca tengo en donde hacerlo. Como soy fan de lo digital, últimamente lo único que hago es dibujar en el ipad o en mis otras tabletas, por lo que mi mano ha perdido destreza y se siente un poco desconectada. Cuando pasa esto, es siempre recomendable volver a the real papel, en donde los errores no se pueden corregir deslizando los dos dedos hacia la izquierda.

Con el objetivo de emocionarme con lo que iba a hacer, fui a la librería, por una moleskine, y un par de lápices que unos animadores que sigo fervorosamente (Giz and Norm) recomendaban, un Pentel Brush pen, y un Prisma Color Col Erase (aunque en realidad, cualquier lápiz sirve para comenzar). Compré también un estuche en donde pudiera tener todo junto para llevarlo cómodamente conmigo a todas partes.

 No debe ser nada estiloso, pero lo importante es que sea fácil de trasladar.

2. LOS MOMENTOS “MUERTOS”

Desde el minuto en que tomemos la determinación de comenzar este proyecto, habrán muchas cosas que nos impedirán dibujar. Emergencias, compromisos, imprevistos, cansancio, la vida. Es por lo tanto, vital que encontremos aunque sea pequeños espacios, que permitan que no nos frustremos si no podemos dedicar, por ejemplo, 30 minutos diarios a dibujar.

Es por esto que aprovecho los llamados “momentos muertos” (momentos de desplazamiento, espera en filas, trámites, reuniones y etc), que, creo, reciben este término ya que no “estamos siendo productivos”.

La idea es, entonces, desplazarnos siempre con nuestro estuche a todas partes, y momento en que podamos, dibujar. Hacerlo de forma constante todos los días. Dibujar personas, objetos, ideas importantes que escuchamos, escenografías, animales, con el énfasis siempre puesto en la estructura interior de aquellas cosas.

Esto implica, no dibujar con una intención puramente estética, sino con intención de descubrir cómo las cosas funcionan. Por ejemplo, cómo “pesa” el cuerpo cuando está ejecutando una acción, en qué formas geométricas se enmarcan los objetos, cómo traducir emociones en los animales, cómo representar el volumen de los árboles, etc.

Con esto, no digo que esté mal dibujar “artísticamente” (al fin y al cabo yo misma soy artista de profesión), sino que me refiero a cómo podemos utilizar el dibujo como medio para un fin, y no un medio en sí mismo. Uno de los animadores que mencionaba antes, Norm (marido de Griz), dijo, en ocasión de una entrevista algo muy inspirador, en la línea de “me he dado cuenta de que dibujar se trata de simplificar, simplificar para poder comunicar algo más claro, con menos elementos, pero mucho más directo y efectivo”. Estudiar las estructuras nos permite entender para simplificar y comunicar de formas más claras y entendibles.»

3. LAS CITAS DIBUJÍSTICAS

El concepto de citas de dibujo lo escuché de la ilustradora chilena Frannerd, y se refiere a una instancia de reunión en que se dibuja en compañía. Mi primera cita de dibujo fue con mi sobrinita, que ama dibujar y estaba estrenando materiales nuevos (la mayoría herencia de su tía), en un estarbacs. Fue genial, tomamos café y dibujamos como si no existiera nada más en el mundo (excepto sacarle millones de fotos de orgullo).

Desde entonces, he tenido “citas dibujísticas” en picnics familiares, en salidas con mi marido, y salidas con mi secretaria (que es muy buena modelo debido a que principalmente duerme todo el tiempo).

Hay algo magnífico en dibujar acompañado, inspirador y motivador también. De compartir un momento en silencio, haciendo algo realmente feliz. Lo recomiendo también, para esos días tristes, ya que considero que es un excelente “levantador de ánimo”.

4. DECLARAR UNA FECHA

Declarar la fecha en la que uno debería completar el eskechbuc creo que es de suma importancia. Similar a inscribirse en una maratón (sobre todo si cuesta hacerse el hábito deportivo), y trotar todos los días como entrenamiento. Esto permite trabajar día a día por un objetivo.

No recomiendo elegir una fecha y guardársela en la mente. Hay que declararla a alguien, ya sea en persona o guasap,  que nos recuerde amablemente que debemos cumplirla. Esto también ayuda a generar conciencia interna de que debemos cumplir; lo que los gringos llaman accountability.

¡Como sé que eres una de esas personas corajudas y empoderadas que toman acción, quiero ver fotos de tus materiales, tus citas dibujísticas o declaraciones de fecha en las redes sociales! Etiquétame en instagram como @diloconmonos, utiliza el #diloconmonos #universidaddemonichigan o envíame un mensaje directo. Generemos un amaaaable proceso de generación de cambios de hábito. A cambio de este gran paso, te enviaré un gran aplauso virtual.

Y ahora quiero que me cuentes, en la cajita de comentarios de aquí mismito, ¿cuáles son las tres formas en que se manifiesta tu deseo de aprobación dibujística? Y cómo te hacen sentir?

Sigamos la converseichon ahí.

No olvide compartir esto con sus amiguis si fue útil para usted.

P.D. ¡Gracias eternas a la mujer que me pasó trotando!


LINKS MENCIONADOS EN ESTE POST

Miedos dibujísticos

Valores dibujísticos

Simon Sinek – charla TED

Kristine Krzyzanowski – charla TED


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Sabiduría Miyagi para bloquear tiempo de dibujo
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Sabiduría Miyagi para bloquear tiempo de dibujo
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Aprende cómo dibujar mejor con estos consejos para bloquear tiempo de práctica para dibujar, incluso cuando la vida se se interpone en tu camino.
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Universidad de Moníchigan
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2 Comments

  1. Silvia

    Buenísimo este post y esta revelación divina que has tenido a la carrera. No sabes (o sí) cuánto reconforta leer que estas cosas le pasan a más gente, sobre todo esta necesidad de agradar a los demás, de protegerse de los comentarios feos tratando de hacerlo todo perfecto… o no hacerlo.

    Mi deseo de aprobación dibujística básicamente se manifiesta en que NO dibujo, a pesar de que cuando lo hago con algo de dedicación y cariño los resultados me gustan y suelo recibir buenos comentarios. Alguien lo entiende? Porque yo no. Sigue existiendo una vocecilla interna que me dice que para qué, si total tampoco dibujo tan bien, hay niños que dibujan mejor, bla bla bla… y acaba dándome vergüenza.

    Infinitas gracias a ti por emprender esta gran gesta que es conseguir destronar el miedo al dibujo en el mundo. Conmigo ya se va resquebrajando el muro… 😉

    • Fran Salomon

      Gracias Silvia! Que lindo e inspirador comentarieichon. Recuerda que algo muy importante para superar el miedo y la frustración es tener confianza en que la práctica hace al maestro, y que lo verdaderamente importante es comunicar, no «embellecer por embellecer» 🙂
      Puedes ver este video para reafirmar tu corazoncito dibujístico…jajajaja ->https://www.youtube.com/watch?v=bMU5Rb-mf0o

      Mucho éxito y cuéntame de tus progresos!
      Un gran abrazo
      Fran

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